Sobre un distrito para Altza

UN POCO DE HISTORIA SOBRE EL ÚLTIMO DEBATE A CERCA DEL DISTRITO DE ALTZA

Han pasado 75 años de la anexión de  Altza  a Donostia; una anexión que se dio en pleno régimen fascista. Así el 11 de noviembre de 1939  los ayuntamientos de Altza y Donostia regidos por personas colocadas por el régimen militar posterior al golpe franquista firmaron el Acta de Fusión.

Previamente el ayuntamiento de Donostia había realizado varios intentos de anexión en la década de los años 10 y 20, pero chocaron con el sentir de la población  que se mostraba contraria a quedar absorbida por la urbe. Hasta que de manera antidemocrática realizaron la fusión.

La razón fundamental de ésta anexión no se ocultó, y así lo expresaron y recogieron en al acta: “servir a los intereses de San Sebastián y a los de la nación”, por supuesto  la española.  El objetivo fue el de obtener territorio propio para la expansión  de empresas y viviendas donde ubicar los futuros desarrollos de Donostia.

Y de esta manera Altza soportó prácticamente todo el peso de la inmigración de las décadas 60-70 que llegaron a Donostia, construyéndose bloques de casas con una densidad desorbitada, carentes de todo tipo de servicios y por supuesto, sin tener en cuenta a nivel urbanístico ningún tipo de reglamentación, planificación, ordenación territorial, etc, convirtiendo Altza en un barrio marginal y olvidado.

En aquel momento también la respuesta a esta necesidad primaria de vivienda se convirtió en el más rentable de todos los negocios dando lugar a fuertes problemas tanto individuales como de carácter comunitario.

La villa de Altza con sus barrios Intxaurrondo, Bidebieta, Herrera, Larratxo, Elizasu, Martutene o Santa Bárbara pasó a depender directamente de los Planes expansivos de la capital, alterando profundamente el entorno a causa de un afán desarrollista y una ocupación caótica del suelo, que ha buscado exclusivamente las plusvalías económicas, olvidándose deliberadamente de las personas y sus derechos a vivir en un entorno digno.

No se salvan los posteriores 35 años de elecciones democráticas, en los que Altza y su entorno han seguido sufriendo la misma política urbanística, es decir, la ocupación indiscriminada de suelo para construir casas y más casas, ausencia de zonas libres, liquidación de las pequeñas zonas industriales y abandono escandaloso de inversiones en equipamientos y servicios.

A pesar de que el Altza de hoy tiene una densidad de más de 27.000 hab. por Km.2, frente a los 8.000 hab. Km.2 del resto de Donostia, nuestra comunidad sigue estando amenazada con proyectos de construcción masiva, ya que el Plan General redactado y diseñado antes de la crisis sigue vigente. (Diseñado en los momentos de la burbuja inmobiliaria, cuando el negocio del ladrillo generó las mayores plusvalías que haya generado negocio alguno haciendo más ricos a los ricos y provocando una crisis que seguimos sufriendo las clases populares).  Este plan es la ley que dibuja hacia dónde debe ir la ciudad en los próximos años y es la ley que hoy en día está vigente.  De las 19.000 nuevas viviendas que recoge este Plan General, previstas para Donostia, más de un tercio (6.279) las prevén de nuevo en Altza, eliminando definitivamente los pocos suelos libres y agrícolas existentes, incluyendo los considerados de gran valor estratégico.

Por eso desde Altza y desde las diferentes asociaciones de vecin@s hemos exigido durante años la urgente necesidad de abordar seriamente los problemas estructurales que tiene la comunidad de Altza. Hemos pedido la paralización de todos esos proyectos expansivos de construcción al estilo de los años 70-80, destinando a reserva de suelo los solares y áreas vacantes y ahora nos toca reclamar la modificación de ese Plan General que es un documento caduco, insostenible y socialmente injusto.

En Altza necesitamos un cambio en la política de intervención urbanística. Llevamos años exigiendo la elaboración de un Plan General de Regeneración para  Altza que contemple en profundidad las carencias de equipamientos y servicios de todo tipo, trazados de viales de comunicación interna, espacios libres, recalificación equilibrada de los usos de suelo…

Demandamos un viraje hacia una política de desmasificación y consecución de una comunidad social y urbanísticamente dignificada, huyendo del parcheo y planificando de una manera global.

Y todo ello lo queremos llevar a cabo desde una participación real, dónde la comunidad pueda tomar decisiones en las soluciones a los problemas existentes con la puesta en marcha de mecanismos de descentralización administrativa, incluyendo la revisión del Acta de Anexión de 1939 y derechos contemplados en la misma.

No es un disparate que la comunidad de Altza quiera recuperar el protagonismo en las decisiones que afectan a su territorio y a su futuro, más si cabe cuando las decisiones tomadas desde la Calle Ijentea han condicionado nuestra vida diaria y nos han dejado uno de los territorios más densamente poblados, más desordenado y menos equipado de la ciudad.

La propuesta de descentralización no es un capricho, es una necesidad que así se ha manifestado en diferentes iniciativas en las que la identidad y la fuerte personalidad propia junto con una realidad social y económica distinta al del resto de la ciudad han sido una constante.

Por otra parte, el acta de anexión  del 11 de noviembre de 1939 contempló la formación de inventario precisamente ante: “la remotísima eventualidad de una futura desagregación del Ayuntamiento de Altza para constituir nuevamente municipio independiente”. Es decir, que se contempló expresamente esa hipótesis, lo cual es tanto como decir que el Ayuntamiento de Donostia tiene el deber de mantener abierta esa opción que, lógicamente, tendrían que ejercer l@s vecin@s de Altza.

Por lo tanto, en este contexto,  el Ayuntamiento de Donostia debiera reconocer a la comunidad altzatarra el derecho de recuperar la condición de municipio. Y es en esta tesitura, donde somos conscientes de que desde la conciencia de pertenencia a una comunidad singular hasta la expresión de la voluntad de recuperar las singularidades históricas hay un proceso, un proceso que ha de diseñarse e impulsarse por los propios interesados. Por lo que resulta procedente contemplar una figura transitoria y provisional que permita a los altzatarras participar de manera activa en la gestión de sus intereses creando para ello un órgano de gestión desconcentrado.

El debate por un proceso de división territorial del municipio en diferentes distritos comenzó en el año 2004 con la aprobada Ley de medidas para la modernización del Gobierno Local; ley que se  aprobó a nivel del estado español a finales del año 2003 y que obligaba a las corporaciones municipales de las capitales de provincia a afrontar un proceso de división territorial del municipio en diferentes distritos.

Una nueva política de ordenación territorial como la que debía llevar a cabo por ley el Ayuntamiento, en la que prime la ejecución de políticas municipales sobre espacios más amplios, podía ser la oportunidad de retomar como sujeto de actuación un área que comparte, además de un pasado común, unas necesidades concretas. El objetivo era consensuar planes de actuación que permitan redefinir los desequilibrios que se producen en Altza y diseñar equipamientos e infraestructuras que respondan realmente a carencias y demandas comunitarias.

Por eso en aquel momento en Altza desde diferentes asociaciones se reclamó una reorientación del proceso de desmembración que había sufrido Altza desde la anexión, para con un debate en profundidad entre los sectores de nuestra comunidad llegar a una propuesta lo más consensuada posible y dotar a la comunidad de Altza de un sistema de administración descentralizado que proporcionara a l@s vecin@s de Altza un órgano de gestión propio, que pudiera identificar y defender mejor sus intereses.

La creación de un distrito en la zona este de la ciudad fue rechazada en aquel momento por el ayuntamiento y es en el 2011, cuando el pleno municipal de Donostia decide crear una comisión para tratar la formación de un distrito en Altza con representación de los diferentes partidos políticos.

A partir de ahí, paralelamente a la comisión municipal presidida por el PNV (Martin Ibabe) se crea un grupo de trabajo respaldado por trece asociaciones que en julio de 2013 registra un escrito solicitando al ayuntamiento la apertura de un auténtico proceso de participación y descentralización municipal. Porque entendemos que no es de recibo hablar y decidir sobre Altza sin l@s vecin@s de Altza.

Durante todo este tiempo la comisión se reúne una sola vez y no da pasos en ninguna dirección, y es el último año de legislatura cuando el PNV nos presenta un modelo de normativa para dicho distrito, que es un “corta-pega” de un modelo de distrito de Barcelona. Después de 3 años de inactividad de la comisión el debate se retoma y se centra en la normativa del distrito, deprisa y corriendo.

Por otra parte Bildu nos presenta otra normativa, más acorde a nuestras  reivindicaciones pero que no responde totalmente a nuestras expectativas, porque la normativa de los distritos no da más de sí.  Por ello el grupo de trabajo sobre el distrito para Altza, abre un debate con la ciudadanía de Altza sobre la ordenanza y la normativa para este distrito marcando en primer lugar las prioridades y las bases del documento, que señalamos brevemente a continuación:

–          Nombre del distrito: Altza

–          Reconocimiento de los derechos históricos y de reparación por la anexión antidemocrática sufrida en el franquismo.

–          Territorio: el Altza histórico. (Por ser éste el único referente y punto de partida para la adecuación a la realidad actual).

–          Transferir competencias significativas. (Garantizando la eficacia del distrito).

Este último punto es fundamental porque queremos opinar y decidir sobre lo que de verdad importa, para poder frenar la ocupación de suelos desmedida, el crecimiento insostenible y la degradación del medio humano y natural.

Después de varios intentos por reunirnos con la comisión y su presidente (Martin Ibabe) nos sorprendemos de la respuesta dada por los partidos PNV-PSOE-PP que sin contar con la ciudadanía nos vienen con una propuesta de distritos para Donostia poco menos que marciana, juntando zonas que no tienen nada que ver y que no constituyen entre sí zonas de vida común. Eso sí, se quedarán tan anchos, ¿Qué hay que cumplir la Ley de Modernización Local de 2003? Pues, se cumple. Café para tod@s, y a callar.

Desde luego, en ese planteamiento de estructurar Donostia en distritos queda muy lejos nuestra intención de crear un órgano de descentralización para regenerar y construir Altza desde dentro buscando el equilibrio y la identidad y la dignidad de nuestra comunidad. Nos queda claro que la propuesta de PNV-PSOE-PP no es un debate para Altza.

Iniciativa Ciudadana Altza XXI Herri Ekimena

Altza, 23 de septiembre de 2014